domingo, abril 11, 2010

1° DE LA FERIA DE ABRIL SEVILLA



ESPEREMOS QUE LOS NOVILLOS MARQUEN LA PAUTA

En la inauguración de la feria de Abril se lidiaron novillos de Juan Antonio Ruiz Espartaco procedencia Guadalest, novillos discretos de presentación y con las fuerzas justas pero con una punta de castita de significo un soplo de aire fresco en la tónica que lleva la temporada en cuanto a la ausencia de toros que suelen ser sustituidos por ejemplares de dudosa procedencia del genero bovino, a pesar que además de ser un ejemplo del efecto devastador de las fundas, también resultaron sospechosos de pitones, una manipulación evidente las fundas y otra sospechosa sobre las defensas del toro.

No es que fueron fueran una maravilla ni muchos, pues tenían una excesiva nobleza y poca fuerza, pero por lo menos lucían un punto casta que les hacia cumplir minimamente las premisas mínimas que se pueden exigir a un animal perteneciente a la subespecie del genero bovino denominada toros bravos.

Los novillos que llevaban las orejas en la boca correspondieron por cartel a L.M. Casares, C. Escribano y E. Fernandez, ninguno de los tres pudo aprovechar la bondad y facilidades que dieron sus enemigos (o amigos) por falta de recursos, su poca madurez y su concepción equivocada del toreo basada en el modernismo de la ventajas y la falta de mando, si esta es la renovacion del escalafón que se avecina que Dios nos pille confesados. A mayor abundamiento todos mostraron una debilidad con la espada que consistía en buscar descaradamente los bajos menos Esau Fernandez que ni ha ello llega pues entrar a matar parecía para el un problema irresoluble.

L. M. Casares silencio y silencio

C. Escribano Vuelta injustificadamente tolerada por el publico que no la pidio y Silencio

E. Fernandez silencio y silencio.

No me gusta tratar con dureza a los novilleros pero en el caso de hoy, no se puede ocultar todos los defectos y vicios de que hicieron gala.

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