jueves, diciembre 31, 2009

5ª DE ABONO DE LA FERIA DE CALI

LOS CASTILLOS DE FUEGOS ARTIFICIALES ALEGRARON LA TARDE/NOCHE, LO SUCEDIDO EN EL RUEDO CON ANTERIORIDAD FUE DE VERGUENZA.

Porque de vergüenza es lo que hizo la ganadería de Puerta de Hierro, en la que cuando buscamos al propietario nos encontramos con el inefable Dr. Estela, presentando un lote de encaste Domecq por varias líneas y con algún goterón de Santa Coloma totalmente anovillado, cornicorto y sospechoso de pitones, algo impresentable en cualquier del mundo ostente la categoría que ostente, y que además levantaba sospechas que no eran anovillados sino mas bien utreros o alguno hasta eral adelantado.

Poco mas se puede decir sobre estos juguetitos presentados como toros y para tres figuras del toreo como son El Juli, Sebastián Castella y Luis Bolívar, la responsabilidad es del ganadero, porque si los veedores de los mandones del escalafón le impusieron estos toros, negándose a llevarlos demostraba la dignidad que ha demostrado no tener.

De la terna que decir, pues que pusieron todo su empeño en divertir al público, más con un espectáculo de títeres que practicando el toreo, cosa imposible ante semejantes animalitos del señor Dr. Estela.

Si los impusieron ellos solo merecen la más dura y estricta condena, si se los encontraron y pensar esto es ser inocente, pues agradecerles el pseudo divertimento de la masa que montaron.

La plaza registro el primer lleno en todo lo que va de feria, queda la duda si ello fue debido a los Castillos de Fuegos Artificiales anunciados para el termino de la corrida o por el intereses que despertó a priori en el publico, mi modesta opinión es que se debió mas a lo primero.

Pero en los títeres hubo uno mas esperpéntico que el resto y este fue el Sr. Presidente de la corrida que así sin mas en ya en el primer toro que correspondió al Juli concedió una Oreja sin petición alguna, hazaña que completo en el quinto en el que concedió 2 Orejas 2 a Sebastián Castella sin que por los tendidos asomara ningún pañuelo, por el contrario en el tercero que correspondió a Luis Bolívar si hubo, de forma justa o injusta una fortísima petición de Oreja y mira por donde no la concedió.

Actuaciones de este tipo hacen pensar mas en un complejo de dictador que en la voluntad altruista de presidir una corrida.

Salvo que milagrosamente se produzca un cambio radical en esta segunda parte de la feria, habrá que reflexionar muy seriamente en volver a los toros en Cali.

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