martes, octubre 14, 2008

EL VERDADERO OPSEN, CAPITULO 15



Mail que muestra el inmenso cinismo de Opsen:

"Querido hermano: Apareció la respuesta de Burraco y a mi juicio puede tener dos lecturas. Espero su veredicto. Una que se rajó, porque definitivamente no replica nada, pero tampoco critica nada sino que solamente se duele por una presunta injusticia, lo que está muy bien, si es lo que piensa, y por otro, dirigiéndose a Lobanillo trata de no profundizar en la reanudación de relaciones por no considerar que es el momento y el lugar pero sin rechazarla en absoluto. Una cosa que quede clara, nosotros no estamos a la espera de que nos acepten nada. Si quiere, bien, y si no, el que se jode es él, pero como sería mejor para todos, creo que es importante evaluar los síntomas. A mí me parecen muy positivos y hasta conciliadores porque ya no se trata de una defensa agresiva, sino de un intento de justificación y de una queja por la incomprensión. ¡Usted es tanto más inteligente que yo, querido mentor! Por favor, dígame qué piensa. ¿Vamos por el buen camino? Reciba el más cariñoso abrazo deOpsen van Oppenheim."

Pero que demustra que se hacerme el tonto como nadie y Opsen convencido de que iba por donde el queria.

Como es corto ahí va otro:

"Re: buenas noticias‏
De: Marcelo Fortin (marcelofortin@hotmail.com)
Enviado: viernes, 30 de enero de 2004 12:57:08
Para: Carlos Carbonell Viladrich Carbonell Viladrich (taliban1949@hotmail.com)

Querido hermano:

En primer lugar, dele un beso a xxxxx de mi parte. Por supuesto que nadie podía suponer que su amigo es un antisocial de baja estofa, y ella actuó como cualquier persona inteligente lo habría hecho. Hizo muy bien. Además, otra cosa que me la hace simpática, es su elegante indiferencia -no digo, desprecio, porque no quiero atribuirle la perversidad que nos adorna a usted y a mí- con que enfrenta al conglomerado peñista. Es la mejor actitud que puede tener. Respecto a la información, está dada y le reitero que, por favor, no condicione sus actividades, ni sacrifique su diversión por culpa mía. Especialmente en estos momentos en que quizás sea importante reunirse con los coasociados para discutir cosas más trascendentales que una posible "kedada", como solía ser. Cuente con mi absoluta solidaridad y téngame la confianza suficiente como para decirme que lo espere en algún sitio neutral, que deglutamos nuestro condumio en sitios diferentes y nos reunamos para regresar al redil una vez terminadas las actividades. No sería más problema para mí que renunciar a su gratísima compañía por un par de horas. A mí no me importa quedar como antisocial, porque lo soy, pero no quiero estropearle la vida social a usted. Usted decide.



Pasando al tema de Burraco, concuerdo plenamente con Usted en que no se puede hacer más. Creo que los indicios son positivos, pero no podremos saberlo hasta que se plantee otro diálogo, más neutral, sobre otros temas, y se pueda llegar a un consenso. Quizás el de la carta de Lamarca. Burraco lo emplazó a usted a que le dijera qué estaba haciendo al respecto, y no quedaría fuera de tono una respuesta, amable e informativa, que, para evitar herir susceptibilidades y para no dejar a la "Junta Directiva" como el hato de incapaces que son, no diera todo el mérito que recae a su participación, pero dejara claramente establecido su esfuerzo al respecto. Y veamos cómo reacciona. Se trata de dejar constancia del espíritu de unidad entre las asociaciones en un momento de prueba. Además, teniendo en cuenta que han firmado una carta común, tanto El Toro de Madrid, como Puerta Grande, presidida por Juan Labella, es decir, si se juntaron agua y aceite por una buena causa, resulta relativamente inexplicable que no se haya pedido el consenso también de la Asociación El Toreo en Red-Hondo para que la suscribiera también. Este es el momento de enmendar lo que yo calificaría como un error. Se entiende que no se haya recurrido a la adhesión de La Cabaña Brava, porque no son de Madrid, pero El Toreo en Red-Hondo, sí. Entiendo, dicho entre nosotros, que los de El Toro no quisieran iniciar el diálogo por temor, claramente justificado, de tener que hablar con usted, ya que la organización está administrativamente acéfala, pero éste es el momento de disipar esos temores y de dar a entender que el diálogo está abierto y que la colaboración no sólo es posible sino imprescindible. Además que, bajo su inteligente tutela -que esperamos, usted y yo, que se formalice lo antes posible-, la Asociación ha dejado de ser en una reunión de comensales y ha pasado a convertirse en una organización de aficionados. Sé que, una vez más (y no entiendo cómo no se cabrea usted conmigo por mi insolencia) estoy arrogándome libertades que no me atañen haciéndole estos comentarios, pero usted sabe que son hechos con cariño fraterno y con la mejor de las intenciones. Además, envalentonado por su gentileza de aceptar mis anteriores puntualizaciones. Espero su veredicto.



Querido maestro, espero su incorporación a la red en el transcurso de la tarde, y cuento con que nos podamos comunicar. Otro beso a la xxxxxxx, y para usted el más cariñoso abrazo de su atrevido discípulo y hermano



Opsen van Oppenheim"

En fin ademas de cinico vomitivo, y aseguro que pase nauseas.







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